Simón Franco (voz y guitarra), David Idoipe (bajo), Alberto Solobera (guitarra) y Pedro Presa (batería) emprenden un nuevo viaje: Valparadiso empieza de cero allá donde Almas Mudas echó el telón. Vienen de Zaragoza, un edén atípico sin vistas al océano, gobernado por el viento, la música y la poesía. El lenguaje de expresión del cuarteto es el rock: se sienten igual de cómodos a muchas revoluciones o con el mar calma. El garage y el power pop asoman por las canciones como señas de identidad más reconocibles, y la emotividad de las letras estalla en estribillos que se quedan en la cabeza a la primera.

La banda dio forma a las primeras canciones del grupo en la Cafetera Atómica de Rafa Guisante (ex guitarrista de Bunbury) hace ya varios meses: después, Luca Petricca (que ha trabajado con Mucho, León Benavente o Xoel López, entre otros) les acogió junto a Ramiro Nieto en Reno Estudios para grabar y producir el primer disco de la banda, que se llamará ‘Valparadiso’ y saldrá en abril, con once canciones. Lo ha masterizado Fred Kevorkian (responsable de idéntica tarea para The White Stripes o Ryan Adams) en Nueva York, y los artes (portada, símbolos adscritos a cada canción) son asunto de Víctor Montalbán. Este viernes se estrena el primer single, ‘Rojo’, una muestra fidedigna de lo que transmite el grupo. Valparadiso ha elegido un año olímpico para lanzarse al camino con el espíritu beatnik en alza, por supuesto. ¡Viva Kerouac!