DESPUÉS DE 4 AÑOS DE ESPERA ¡ POR FIN UN NUEVO DISCO DE ESTUDIO! 

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Ayer 1 de Octubre, Estopa celebraron desde una sala de Madrid y en live stream  para todo el Mundo, el lanzamiento de “Rumba a lo desconocido” con contenidos inéditos que muy pronto estarán en su Canal Oficial VEVO y versiones acústicas de sus nuevas canciones. 

Estopa han iniciado un emocionante viaje musical “Rumba a lo desconocido” , produciendo su disco ellos mismos y a la vez  haciendo equipo con Rafa Sardina, ganador de  12 Grammy que ha colaborado con Stevie Wonder, Michael Jackson, Elvis Costello …,  y Cheche Alara también galardonado con varios Grammy y colaborador de grandes de la música. Su nuevo disco ha sido  grabado en los Estopa Estudios de Barcelona, mezclado por Rafa Sardina y masterizado por Gavin Lurssen en Lurssen Mastering de los Angeles. Si se  tuviera que definir con una sola palabra el sonido de este nuevo disco  habría que inventarla, ellos la inventaron, y sería “RumbaRock”.

 

#Rumbaalodesconcido

TRACKLISTING –

  1. Nadie Sabe
  2. Pastillas para dormir
  3. Estatua de sal
  4. Ando buscando
  5. Gafas de rosa
  6. Con el viento
  7. Se me olvida la vida
  8. Donde va mi alma
  9. Mundo Marrón
  10. Corona de Espinas
  11. Tonto
  12. Sin sombrero

 

ESTOPA MÁS ALLÁ DE ESTOPA

Me pongo el disco. Bueno no, es alto secreto militar, no tengo el disco, sino un enlace en la red me escupe sus canciones. Así que me pongo una canción del nuevo disco de Estopa en el ordenador. Joder,  música en un ordenador….soy mayor, ¿qué hago mientras escucho?, ¿me corto las uñas?, ¿veo cómo las palomas se cagan en mis plantas dejando manchurrones parduzcos?….¡eps!……comienza……¡joder qué guitarras!, ¿es un grupo heavy?, ¿han cambiado la medicación de los Muñoz?, ¿qué les pasa?…….¿cómo lo explico?……..

Tengo que hacer una hoja promocional, que es algo que sirve para…….sí, para explicarles a los que son profesionales de escuchar/escribir/preguntar sobre música lo que ellos mismos escucharán al ponérselo. A ver, los créditos ya cuentan que se lo han producido los Muñoz-Estopa con la ayuda de Cheche Arala y Rafa Sardina, responsable también de la mezcla, que se ha grabado en el estudio de su casa, que por cierto vi una vez y es la mar de pintiparado. Y cómodo, ¡no te fastidia!, puedes grabar en pantuflas. Bien, pero espera que dicen algo en “Nadie Sabe”, la primera canción del disco….tenemos demasiada información/por eso a veces no entendemos/por eso siempre preguntamos/dame pan y dime tonto tú primero.

No me he enterado y la canción ha pasado tan rauda como la paloma que ha dejado otro regalito en mi ficus. Una mezcla de rumba y rock a lo callejero, pero sin sonar despeinado, bien grabado, bien mezclado, todo suena en su lugar, como todo el disco. Caray, recuerdo cuando les conocí, lanzaban su primer disco, habían dejado el taller hacía un par de semanas y yo los veía tiernos, incluso ingenuos, con los ojos como platos intentando ver un futuro que no imaginaban: “chicos pálidos para la máquina” que decían Los Ilegales y yo suscribía con mi escepticismo. Pero ellos, como las cuatro tortugas que llegan a adultas de las miles que nacen en la playa, lo han conseguido.  Pero entonces, a finales de los noventa, tortugas aún en la playa, no eran capaces de escribir si no tengo más raíces/ que las que me han dejado las cicatrices, cosa que ahora hacen en su primer sencillo, ese delicioso “Pastillas Para Dormir”, que a mí me suena a desamor y a quien lo escuche le sonará a lo que quiera, que para eso la música no tiene manual de uso.

¿Y qué digo más? Déjame pensar…….un poco más, joder, sin prisas. ¡Ah!, sí, un estribillo me rescata, el de “Estatua De Sal”, es redondo, tiene un aire meridional muy logrado, la canción se agita moruna como un pincho con esas cuerdas de fondo. Sí, porque las hay, en la canción y en el resto del disco, cuerdas grabadas en Los Ángeles, ahí es ná. Que se note el presupuesto ¿no?, se lo han ganado, han vendido un porrón de discos. Sigo. Y de bruces con otro comienzo de tema extraño, si queréis. Es como de serie de televisión, una mezcla de Roy Orbison y Richard Hawley, aunque alguien diría de Paul Fulano y Alan Mengano, que son más raros. Pero esa extrañeza dura poco, la canción, “Ando Buscando” va al grano, como casi siempre en Estopa, ellos no se van por las ramas, la gente de barrio no está para tonterías, la vida se caza al vuelo, el más listo trinca la última aceituna.

Me entra hambre pero no puedo levantarme a saquear el frigo, desde el ordenador Estopa me cantan “cuando la cosa se pone espantosa…..cuando parece que te estén llamando a la cara tonto y tú tan contento….ponte unas gafas rosas…..saca tu sonrisa más casposa, relájate y disfruta de tu país…” ¡Coño!, Estopa tirando de ironía y conciencia social en “Gafas Rosas”, una pieza de pop-reggae alegre y suelta. Nada como quejarse con alegría, la alegría del barrio, nada como decir que no por faltarte pan te conviertes, además, en tonto. Y sí, Estopa llegan holgados a final de mes, pero eso no les ha alejado de su entorno, como lo demuestra su sinceridad al afirmar en “Mundo Marrón” “serán tus ojos negros? /será el tiempo que hace que no me cuelo en el metro?

Pero esa no es la única sorpresa del disco, que fundamentalmente nos muestra a un dúo que sin olvidar sus gustos, la rumba, no sólo quiere callos y chicharrones. En este disco Estopa se abren al pop, “Con El Viento” y al pop-rock en ese “Sin Sombrero”, caricia y bofetón sonoro,  cuyo inicio, no sé por qué me recuerda a The Police; coquetean con el punk-pop, “Corona de Espinas”; insisten en el rock “estopero”, “Tonto”, la rumba suave “Se Me Olvida La Vida” y se marcan estribillo como en dos partes en “Donde Va Mi Alma”. Ah, y que nadie hable de madurez, maduran los melones, los artistas ganan oficio. Con él Estopa va más allá de Estopa. Lo anuncia el título de su nuevo disco.

 

Por Luis Hidalgo

 

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Papa, ponme otra vez la 12

 

Esta es una de las frases que más escucho en el coche cuando llevo a mi hijo atrás. Él se encapricha de una canción y quiere que se la ponga todo el rato. Y la primera vez que nos pasó fue con un disco de Estopa. Será su primer recuerdo musical, y yo pensaré que algo he hecho bien como padre porque los primeros temas que se aprendió eran de unos amigos míos de Cornellà.

El David y el Jose también se aprendieron sus primeras canciones en el coche, escuchando las cintas de los Chichos que le ponía su padre camino de Extremadura.  Y en el coche es donde ahora ellos me ponen sus nuevos temas. Porque con el Jose y el David pasa una cosa. Tu quedas con ellos, te montan en su vehículo, y siempre llevan alguna grabación nueva que te ponen para que la escuches, para ver como reaccionas, mientras ellos van comentando: “Esa guitarra hay que subirla, ese tono está muy bajo, aquello entra tarde…”. Y cuando acaba la canción, se giran y te miran con esos ojillos brillantes de ilusión, como si fuese el primer tema que componen. Y esa es la gracia. Que no hayan perdido esas ganas.

Algunos pronosticaron que lo de Estopa iba a ser flor de un día, que esto de los dos hermanos excurrantes de la SEAT estaba muy bien como reclamo marketinero, pero que su éxito iba a durar menos que la raja de una falda. Pero se olvidaron que lo que a veces parece marketing resulta que es auténtico. Y que cuando sales de abajo no se te olvida tan fácilmente de donde vienes, no se te olvida que la suerte existe pero mejor que te pille currando, y es lo que ellos no han parado de hacer estos más de 15 años.

Poquito a poco me han ido colocando sus temas como tracks de la banda sonora de mi vida. Los dos chavales que se ponían en el campillo de delante de mi casa de Cornellà, con dos guitarras y se pasaban la tarde entera rasgándola.

Qué orgulloso estoy de vosotros. De que seáis tan buena gente. De que no se os haya ido la olla. O de que se os vaya pero nunca por culpa del éxito. De que hayáis sabido madurar tan  bien. Sin tonterías. Sin concesiones. Haciendo lo que sabéis hacer y cada vez mejor. Es como si llevaseis quince años haciendo el triplete.

Qué ganas me están entrando de subirme en el coche, poner “Pastillas para dormir” a toda hostia, y dejarme la voz cantándola, acelerando un poco más, sin pa pa pastillas de freno, con el run run de mi mundo interior, hasta que me falte el aliento. Rumba a lo desconocido.

 

Por Jordi Évole