Reúne dos factores Roy Borland que le hacen singular. De un lado, una voz deliciosa, de las que acarician las palabras de forma natural, sin artificios. Del otro, un estilo singular, particularísimo, de una autenticidad que echa sus raíces en el jazz y extiende sus ramas en la electrónica. Y con 20 años. Lo dicho: un artista especial con una voz de terciopelo.

Todo encaja en cuanto se escarba un poco en la biografía de Roy. Heredero de una estirpe de músicos, nacido en Madrid pero con raíces en Jamaica y Panamá, donde su tío-abuelo, Manny Bolaños, fue toda una institución, fue su padre, el tambiénreconocido pianista de jazz Vicente Borland, quien le inculcó la pasión por el piano. Estudió ocho años de conservatorio, pero fue hace un par de ellos, con la mayoría de edad, cuando se separó de los clásicos y comenzó a explorar las jam sessions de soul y jazz en Madrid.

A partir de ahí todo ha ido muy rápido para Roy, un habitual de los garitos y de las calles de la capital, donde se ha fogueado con una guitarra en la que percute consu peculiar estilo y con esa voz que siempre llama la atención. Lo hizo para los que le presenciaban en directo y para los que, poco después, lo hicieron a través de la televisión, en la que destacó como uno de los grandes talentos de la última edición de La Voz.

Pero Roy Borland no era solo el artista que destacaba en la pantalla junto al venezolano Domingo Ondiz con su particular manera de cantar y su capacidad de improvisación. En paralelo crecía el cantante y compositor con raíces en el R&B y en el folk que ahora afronta el inicio de su carrera guiado por la guitarra, un piano y, por supuesto, su voz.

Borland no es de los que duda cuando se le pregunta por sus influencias. De un tirón, como quien lo tiene muy claro, cita a Jorge Drexler, Bobby McFerrin, Brian McKnight, Radiohead, Coldplay y Jacob Collier. Muchos de ellos resonaban en su cabeza cuando compuso y grabó sus primeras canciones, las mismas que ahora vuelve a pulir en el estudio para convertirlas en el que será su primer álbum. Se trata de Espesso, un disco conceptual que narra en 10 capítulos los distintos momentos que acompañan una historia de amor, desde el primer chispazo hasta el triste momento del adiós.

No es el único material disponible previo a su debut de Roy Borland, que ya brilla en Spotify con Dos X tres o en YouTube con Miel, dos temas que llamaron la atención de los cazatalentos tanto o más que la su partición en La Voz. Dos canciones que, a diferencia de las de Espesso, todas ellas en inglés, el joven y bilingüe madrileño interpreta en español. “Por indicación de mi padre”, señala, que le hizo entender que cambiar de idioma no suponía ninguna traición a sus idolatrados Marvin Gaye o Bobby McFerrin.

Ese Espesso rehabilitado es su primer álbum, un disco con joyas que hunden sus raíces en el folk, en el hip-hop o en los mismísimos Beatles, pero también en Coldplay, una banda por muchos motivos muy especial para Roy Borland cuando componía estas 10 valiosas piezas que componen un disco de amor. Así arranca la carrera de un artista llamado a hacerse un hueco entre los grandes, un músico de desbordante personalidad dispuesto a tocar la fibra sensible con sus canciones y su voz.