El confinamiento enfrascó a Daniel Sabater en sus asuntos, pero con una peculiaridad: de su encierro salió un artista integral. Tras la pandemia apareció una deliciosa muestra de eso que llaman bedroom pop. Todo muy lo-fi y muy intimista, la intimidad de un romántico que, tras la suavidad de sus formas, esconde un auténtico salvaje del pop.
Daniel Sabater canta, compone y produce sus propias canciones, que ya le hicieron brillar en un primer EP, mientras empezaba a sumar bolos y colaboraciones. En septiembre del año pasado llegó su primer álbum, Ya se me pasará, un latigazo que le consolida como una de las más firmes promesas del pop nacional.
Ya se me pasará es un disco profundo y trabajado que él compara con un viaje emocional, una minihistoria particular que concluye con el compromiso de bajar la intensidad, la que caracteriza a una personalidad tan romántica y feroz como sus canciones.