Alan, Bryan, Freddy, Alonso y Jos, CD9, son el nuevo fenómeno de masas en Latinoamérica. Comenzando por su país, México, en el que la banda, es una auténtica revolución, con millones de fans en las redes sociales, conciertos ante miles de espectadores en cada una de las ciudades, aeropuertos colapsados a su llegada y firmas de discos maratonianas ante decenas de miles de Coders, sus fans, CD9 se ha convertido en la banda de pop juvenil más importante de toda Latinoamérica.

Su última gira en el país azteca , The Party Tour, ha sido un éxito sin precedentes, colgando el cartel de “no hay entradas” en cada uno de los shows, actuando en cada uno de ellos ante decenas de miles de fans. El fin de gira de The Party Tour, ocurrió el pasado 23 de Febrero en el Arena Ciudad de México, ante más de 20.000 personas.

Fue precisamente en ese concierto, al que acudió, invitado por CD9, Abraham Mateo, para interpretar junto a la banda Mexicana, además del ya conocido “Señorita” del artista español, el nuevo single de los mexicanos Para Siempre.
Tras el éxito en México, el fenómeno CD9 se ha extendido a toda Latinoamérica, desatando la pasión en el resto de países de la región. Ahora, el fenómeno CD9 está listo para cruzar el atlántico y desatar la locura también en España.

Sobre CD9

“CD9 refleja lo que somos; cinco chicos que hemos guardado en secreto nuestra música, pero que ahora estamos listos para mostrársela al mundo”

Mientras se encontraban desarrollando su proyecto, no querían que nadie se enterara de lo que estaban planeando, por lo que implementaron el Code 9, que es un código que se utilizaba entre los jóvenes en los chats, para advertir que había alguien cerca y que no podían hablar del tema; Así, cuando los chicos hablaban al teléfono o estaban enviándose mensajes o chateando, si alguien se acercaba decían o tecleaban CD9 (que es el acrónimo de Code 9) e inmediatamente dejaban de hablar del tema.

Al final, cuando los chicos se encontraban buscando un nombre para el grupo, pensaron en una infinidad de posibilidades, sin darse cuenta que el nombre perfecto había estado allí todo el tiempo.

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